El Acuerdo de París de 2015 declaró una emergencia climática mundial en la que se exigían soluciones coordinadas en todos los niveles y cooperación internacional para ayudar a los países a avanzar hacia una economía con bajas emisiones de carbono. En 2019 el Parlamento Europeo declaró el estado de emergencia climática por el que la Unión Europea es la primera regios que se compromete a neutralizar la totalidad de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 2050, con el objetivo último de limitar el calentamiento global a 1,5 °C, la llamada neutralidad climática por la que se establece que las emisiones GEI compuestas principalmente por el dióxido de carbono (CO2) además de otros seis gases como el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O) y otros gases fluorados presentes en algunos procesos industriales, tendrán que equilibrarse y ser iguales (o menores) a las que se eliminan a través de la absorción natural del planeta (bosques, mares) o tecnologías de captura, muchas de ellas aún por desarrollar.

Los próximos años son críticos para limitar el calentamiento global y, para ello, es necesario que las emisiones de gases de efecto invernadero alcancen su punto máximo antes de 2025. La ruta establecida en la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP 2050) aprobada en España en 2020, permitirá reducir un 90% las emisiones de GEI en 2050 con respecto a 1990. El 10% restante será absorbido por los sumideros de carbono.

En este sentido es urgente establecer y priorizar las actuaciones sobre distintas tecnologías que permitan la absorción de los GEI, los llamados sumideros de carbono que contrarresten progresivamente las emisiones. En este sentido, la Comisión Europea está trabajando para elaborar una propuesta legislativa en 2022 sobre un marco regulador para la certificación de las absorciones de carbono.

Recientemente ha lanzado una encuesta, de la que nos gustaría destacar los siguientes puntos, que pueden servir de referencia para estas actuaciones en el corto, medio y largo plazo:

¿Cuáles son los principales retos relativos a la integración de la eliminación de carbono en las políticas climáticas de la UE?

  • Garantizar que la acción enérgica para reducir las emisiones no se vea socavada por el cambio de enfoque en la absorción de carbono.
  • Proporcionar garantías suficientes durante la duración del almacenamiento de carbono y la prevención de reversiones.
  • Evitar posibles impactos ambientales negativos y cumplir con los principios de sostenibilidad.

¿Cuáles deberían ser los principales criterios que definen los tipos de absorción de carbono que las políticas climáticas de la UE deberían incentivar?

  • Potencial de despliegue a gran escala.
  • Solidez de los aspectos de seguimiento, notificación y verificación.
  • Duración del almacenamiento de carbono.

¿Qué soluciones de eliminación de carbono deberían incentivar las políticas climáticas de la UE y en qué horizonte temporal?

  • Forestación bajo principios ecológicos.
  • Reforestación y restauración forestal.
  • Ordenación sostenible de los bosques.
  • Restauración y preservación del ecosistema marino costero.
  • Soluciones industriales para la eliminación de carbono.

Y en este último aspecto debe adquirir mayor importancia la recarbonatación, de la que ya hemos hablado anteriormente en el blog [2]. El cemento se fabrica calentando la piedra caliza a temperaturas muy altas (1450 ° C), lo que permite que la piedra caliza se descomponga en óxido de calcio, el ingrediente clave del cemento, y dióxido de carbono (CO2). Parte de ese CO2 liberado durante la fabricación se reabsorbe durante la vida útil de una estructura construida, así como en la etapa de demolición donde el hormigón se expone al aire. Este proceso de reabsorción, que de hecho es lo contrario de lo que sucede en la fabricación de cemento, es un proceso natural que mineraliza el hormigón y lo devuelve a sus propiedades similares a las de la piedra. La absorción de CO2 convierte así el entorno construido en sumideros de carbono y este efecto de carbonatación ha sido reconocido en el Sexto Informe de Evaluación Completo del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Debe prestarse la debida atención al reconocimiento de este potencial de recarbonatación para el hormigón, que debe incluirse en la estimación de las emisiones negativas. En particular, es fundamental que la UE reconozca plenamente la recarbonatación junto con otros sumideros de carbono.

Para ello, resulta fundamental el establecimiento de un sistema de certificación sólido y creíble para la captura de carbono, que permita una comparación objetiva y cuantificable entre diferentes soluciones de eliminación de carbono. La UE debería establecer requisitos estándar exhaustivos para la absorción de carbono, por ejemplo, sobre el seguimiento, la notificación y la verificación, sobre la duración de la eliminación o el establecimiento de referencia y la adicionalidad.

¿Y qué información debería divulgar la certificación para la eliminación de carbono? Por ejemplo, el tipo de absorción de carbono, la cantidad de carbono eliminado, la duración del almacenamiento de carbono, etc.

También aquí puede desempeñar un papel dinamizador que se destinen fondos para investigar sobre el potencial de absorción de carbono mediante procesos industriales.

[1] La recarbonatación de los elementos constructivos de hormigón como vía de reducción de las emisiones de CO2. Blog ANDECE https://www.andece.org/la-recarbonatacion-de-los-elementos-constructivos-de-hormigon-como-via-de-reduccion-de-las-emisiones-de-co2/

[2] La recarbonatación de los elementos constructivos de hormigón como vía de reducción de las emisiones de CO2. Blog ANDECE https://www.andece.org/la-recarbonatacion-de-los-elementos-constructivos-de-hormigon-como-via-de-reduccion-de-las-emisiones-de-co2/