Continuamos desgranando el nuevo Reglamento europeo de productos de construcción (Reglamento (UE) 2024/3110), en adelante RPC [1]. Como continuación de las dos entregas anteriores (si no las has leído, se recomienda hacerlo para contextualizar mejor las próximas líneas [2] [3]), en esta ocasión vamos a profundizar sobre el papel central que desempeñan las normas armonizadas en el nuevo RPC, ya que constituyen la base técnica sobre la que se sustenta la libre circulación de productos de construcción dentro del mercado único europeo y es sobre las cuales bajo las que se desarrolla el marcado CE obligatorio de numerosos productos.
Con el nuevo RPC, estas normas adquieren un papel aún más importante respecto a la anterior legislación (Reglamento (UE) nº 305/2011), ya que refuerzan su carácter vinculante y su función como soporte normativo en la evaluación de las prestaciones de los productos. Una norma armonizada es un documento elaborado por una organización europea de normalización —como CEN o CENELEC— a petición de la Comisión Europea. En el contexto del RPC, estas normas definen métodos de evaluación uniformes y precisos para determinar el comportamiento de los productos en relación con características esenciales, tales como la resistencia mecánica, la seguridad en caso de incendio, la higiene, el impacto ambiental o la eficiencia energética.
En el caso de los productos prefabricados de hormigón, la mayor parte de las normas de producto se desarrollan en el comité CEN/TC 229, en el que ANDECE interviene como representante del organismo español de normalización (UNE). No obstante, cabe añadir la existencia de otras normas dispersas en los llamados comités horizontales, comités de normalización que agrupan a mismos productos pero susceptibles de fabricarse con distintos materiales, destacando el CEN/TC 125 Mampostería (donde están los ladrillos y bloques), el CEN/TC 128 Productos de revestimiento de cubiertas para colocación discontinua y productos para revestimiento de paredes (tejas), el CEN/TC 165 (tubos y pozos), el CEN/TC 178 Pavimentos (adoquines, baldosas y bordillos) o el CEN/TC 226 Equipamiento de carretera (barreras de seguridad).
El nuevo RPC enfatiza que las normas armonizadas pasan a ser de cumplimiento obligatorio cuando abordan características esenciales que son relevantes para los códigos de construcción de los Estados miembros. Esta obligatoriedad es clave para lograr una doble meta: permitir la libre circulación de productos en el mercado interior y asegurar que los Estados puedan seguir regulando las obras de construcción según sus condiciones geográficas, climáticas o estructurales específicas.
A diferencia del régimen anterior, que permitía interpretaciones más flexibles, el nuevo reglamento subraya que, cuando se persiguen objetivos compartidos de seguridad y sostenibilidad, los métodos de evaluación deben ser únicos y armonizados. Esto contribuye a evitar la fragmentación normativa entre países y a reducir la carga administrativa para los fabricantes, quienes pueden seguir un solo procedimiento para demostrar la conformidad de sus productos en todos los Estados miembros.
En cuanto al proceso, la Comisión puede adoptar las normas armonizadas mediante actos delegados y también tiene la facultad de imponer restricciones a su aplicación si estas normas no cumplen con las exigencias legales o no reflejan adecuadamente las prioridades políticas de la UE, como los objetivos del Pacto Verde Europeo o la transición hacia una economía circular.
Además, el RPC prevé mecanismos para actualizar rápidamente estas normas cuando surjan nuevas necesidades regulatorias nacionales. Por ejemplo, si un Estado miembro detecta que una norma armonizada no contempla adecuadamente una característica esencial necesaria por razones de salud pública o seguridad, puede solicitar la modificación de dicha norma o establecer medidas nacionales de manera provisional.
¿Y en qué estado se encuentran las normas relacionadas con los productos prefabricados de hormigón? Actualmente nos encontramos con la mayor parte de los productos aún en normas bajo la Directiva de Productos de Construcción de 1989 (aunque fueron la mayoría desarrolladas en la década de los 2000) y alguna de ellas ya adaptada al Reglamento todavía en vigor de 2011. ¿Quiere esto decir que todas las normas deberán adecuarse al nuevo RPC con la entrada en vigor el próximo 8 de enero de 2026? No necesariamente, puesto que el RPC (y la Comisión Europea) es flexible y consciente de que el proceso normalizador suele ser largo en el tiempo, por lo que admite alguna extensión en los plazos (incluso hasta un máximo de 15 años – 2040). En cualquier caso, ANDECE desempeña un papel normalizador muy activo e informará con suficiente antelación de cuándo las nuevas versiones de las normas entren en vigor, habiendo además un periodo de coexistencia que suele rondar 1 o 2 años.
Una de las grandes novedades que introducirán las nuevas normas desde el punto de vista de las prestaciones, será la inclusión paulatina de las características ambientales, información que hasta ahora sigue presentándose de forma separada y voluntaria fundamentalmente a través de las Declaraciones Ambientales de Producto (o DAP). No obstante, sobre este tema necesitaremos un artículo específico para abordarlo.
Otro aspecto destacado del nuevo RPC es que las futuras normas ampliarán notablemente su alcance, en la medida que podrán abordar aspectos que hasta la fecha no estaban tratados, o bien simplemente incluían alguna referencia externa, como por ejemplo:
- Seguridad durante el transporte, la instalación, la desinstalación, el mantenimiento, el desmontaje y la demolición
- Compatibilidad e integración en sistemas o kits
- Necesidades de mantenimiento con vistas a conservar las prestaciones del producto durante su vida útil
- Seguridad durante el uso
- Formación y otros requisitos que deben cumplirse necesariamente para un uso seguro
- Posibilidades de mitigación del riesgo que vayan más allá de los puntos anteriores
- Recomendaciones sobre el producto para la reparación, la desinstalación, la reutilización, la refabricación, el reciclado y el depósito seguro
Por otro lado, las normas armonizadas no deben confundirse con otras normas técnicas voluntarias, como es el caso de las Evaluaciones Técnicas Europeas (ETE) destinadas fundamentalmente a productos o sistemas lo suficientemente innovadores para no quedar incluidos todavía en el alcance de las normas armonizadas. Aunque estas últimas pueden ofrecer una presunción de conformidad con ciertos requisitos, no sustituyen el carácter obligatorio de las normas armonizadas aprobadas por la Comisión.
Finalmente, el nuevo marco normativo también establece la “zona armonizada”, un ámbito regulatorio dentro del cual solo se aplican las especificaciones técnicas armonizadas. Esto delimitará claramente qué aspectos son competencia exclusiva de la Unión Europea y cuáles pueden seguir siendo regulados por los Estados miembros, contribuyendo a una mayor seguridad jurídica.
En conclusión, las normas armonizadas en el nuevo RPC no solo definen los parámetros técnicos comunes, sino que actúan como el puente entre la innovación industrial, la sostenibilidad ambiental y la protección del consumidor.
Referencias
[1] Reglamento (UE) 2024/3110 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 27 de noviembre de 2024, por el que se establecen reglas armonizadas para la comercialización de productos de construcción y se deroga el Reglamento (UE) nº 305/2011 https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=DOUE-L-2024-81885
[2] La durabilidad dentro del nuevo Reglamento europeo de Productos de Construcción https://www.andece.org/la-durabilidad-dentro-del-nuevo-reglamento-europeo-de-productos-de-construccion/
[3] Fechas clave y novedades principales para la aplicación del nuevo Reglamento de Productos de Construcción: el caso de los productos prefabricados de hormigón https://www.andece.org/fechas-clave-y-novedades-principales-para-la-aplicacion-del-nuevo-reglamento-de-productos-de-construccion-el-caso-de-los-productos-prefabricados-de-hormigon/